“Para algunas empresas CDEI se ha convertido en una parte importante de su departamento de I+D”
“El futuro de la robótica móvil pasa por utilizar patas en vez de ruedas para los desplazamientos”
“La transferencia de conocimiento al sector productivo a través de startups industriales sigue siendo difícil”

Trabaja en el Centro de Diseño de Equipamientos Industriales ¿Qué ofrecen a las empresas en materia de transferencia de tecnología?
Somos especialistas en diseño de máquinas. Damos servicio a empresas de bienes de equipo a las que ofrecemos asesoramiento, simulaciones complejas, diseño mecánico, diseño para la fabricación, síntesis de mecanismos y cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual. Desde el 2017 estamos trabajando en desarrollo de sistemas robóticos.
¿Cuál es el perfil de las empresas a las que CDEI da servicio?
Básicamente son empresas que diseñan maquinaria, mayoritariamente de Catalunya. Suelen tener un tamaño mediano o grande, como Girbau, Giró, COMEXI, AUSA, aunque también damos servicio a pymes, por ejemplo Selmetron.
Para una empresa intensiva en tecnología que lleve a cabo su actividad en 2022 ¿Cuál es el riesgo de no participar en proyectos de innovación?
Las empresas con las que nos relacionamos son de la opinión de que las inversiones más rentables que hacen son las que dedican a la I+D, porque son las que les dan un retorno mayor. Es difícil que una empresa tecnológica funcione si no dedica recursos a innovación. Para algunas empresas CDEI se ha convertido en una parte importante de su departamento de I+D.
Han colaborado con Girbau en la mejora de algunos de sus equipos de lavado ¿Cuál ha sido su aportación?
Con Girbau tenemos una relación des de antes de la creación del CDEI-UPC como tal, hace más de 30 años. Les ayudamos en el desarrollo de las nuevas lavadoras participando en la concepción de las soluciones, en el diseño mecánico, en la simulación y en el ensayo de los nuevos equipos.
¿Las empresas con las que colabora CDEI repiten?
Damos un servicio de calidad ajustado a sus necesidades y en el tiempo que requiere la industria. Por estas razones la mayoría de las empresas repiten a lo largo de los años.
Puede que las empresas que no tienen un tamaño medio o grande o las recién creadas no se planteen colaborar con un centro tecnológico por desconocimiento o porque piensen que este no es el momento adecuado ¿Qué les diría?
La incertidumbre afecta a todas las empresas, independientemente de su tamaño. Cuando hay crisis, notamos la retracción, pero el área de diseño de productos mantiene su actividad, y el hueco de las que paran lo ocupan otras nuevas. Para las empresas que comienzan a colaborar con nosotros a veces es difícil visualizar de antemano lo que les podemos aportar, por eso solemos empezar con proyectos pequeños. Así ha sido con la mayoría de las empresas con las que ahora tenemos una relación estable.
Es el responsable técnico de Steering Machines, una spin off surgida de las investigaciones del CDEI ¿A qué se dedican?
Desde 2018 trabajamos en soluciones de movimiento omnidireccional. La empresa fabrica unidades de tracción que permite dotar de movimiento otros equipos con una serie de ventajas en capacidad de carga, reducción de ruido y fácil mantenimiento. Una gran ventaja es que es un sistema escalable y que pueden combinarse, por ejemplo consiguiendo una capacidad de tracción de hasta cuatro toneladas combinando dos unidades de dos toneladas.
¿Sigue siendo complicado convertir un desarrollo tecnológico en un proyecto empresarial?
Las spin off industriales tienen un desarrollo más complejo que las que producen software, básicamente por la escalabilidad, que en el caso del hardware es mucho más complicado y costoso. La transferencia de conocimiento al sector productivo a través de startups industriales sigue siendo difícil.
Ahora en CDEI están trabajando en el desarrollo de un robot cuadrúpedo ¿Para qué uso?
Hemos comenzado a diseñar un robot móvil de aplicación en procesos industriales que se desplaza usando patas en vez de ruedas, lo que le aporta una mayor capacidad de movimiento y de adaptación a espacios complejos como zonas agrícolas, bosques o espacios donde ha ocurrido una catástrofe. Estamos convencido de que el futuro de la robótica móvil pasa por utilizar patas en lugar de ruedas para los desplazamientos, y trabajamos en esa línea con la colaboración de dos empresas que nos proporcionan los materiales con buenas condiciones: Infranor Spain y Tecnopower. No queremos construir un juguete, sino un equipo de uso industrial.

¿En qué estado se encuentra el proyecto?
Hemos comenzado los trabajos de diseño de una parte del robot con recursos propios. El plan es llegar al próximo mes de febrero con esta parte terminada y empezar a hacer ensayos con el primer prototipo para mejorar la mecánica, el control y el feedback del equipo en función de los terrenos en los que se mueva. Estamos preparado propuestas para convocatorias de ayudas públicas para conseguir financiación, y en un par de años podríamos tener una solución cercana al mercado.
¿Qué funcionalidades puede tener este robot?
En el sector agrícola puede aplicarse para llevar a cabo actividades de inspección, con un mínimo impacto sobre el terreno. Si incorporamos al robot antenas de georradar podría medir parámetros del subsuelo como la humedad, la compactación, el estado de las raíces, etc. Estamos colaborando con otros grupos de investigación de la UPC para desarrollar este tipo de aplicaciones.
Enlazando con los vehículos autónomos ¿Cuánto tiempo va a pasar hasta que veamos a robots repartiendo mercancía en las ciudades?
La tecnología ya está. Si valoras los beneficios que aporta, su uso será inminente. La clave son las cuestiones legales que hay que desarrollar para que puedan moverse vehículos autónomos por las ciudades. Es una cuestión muy importante que afecta a todo el proceso de movilidad. Hace unos años aparecieron infinidad de sistemas de movilidad eléctricos (bicicletas, patines, ruedas, patinetes…) en muy poco tiempo, esta invasión requería una regulación. Desde el CDEI realizamos una colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona para estudiar la convivencia de estos sistemas en la ciudad, hoy en día está regulado y su uso cada vez és más común. Esperamos que algo parecido ocurra con los vehículos autónomos.