El día a día nos distrae de las transformaciones en las que estamos inmersos. La crisis de los recursos energéticos no renovables (combustibles fósiles y uranio, 85% de los usos energéticos a escala mundial) es una preocupación que nos desvela, pero, si miramos bien, en el fondo, descubrimos una crisis mucho más global: estamos avanzando por un camino de insostenibilidad que, de no revertirlo, nos puede llevar a una regresión de la civilización.

La crisis energética (agotamiento de recursos finitos, contaminación, cambio climático) tiene solución y requiere una transición hacia las fuentes renovables. Todos estamos de acuerdo. Sin embargo, ¿hemos pensado en como complementar las 60.000 hectáreas de captadores energéticos necesarios en Cataluña (la actual superficie urbanizada y artificializada es de unas 210.000)? O, ¿cómo transformar nuestra movilidad (unos 5 millones de vehículos) desde la perspectiva del agotamiento del petróleo? O, ¿cómo reorganizar nuestra vida y actividades, hasta ahora basadas en unas fuentes energéticas de stock (fósiles y uranio), disponibles en cualquier momento, a unas fuentes energéticas de flujo (sol, viento), suficientes pero intermitentes y aleatorias?

Siguiendo este hilo, también se constata un gran derroche de la energía ya sea a causa de unos itinerarios inadecuados (tan sólo una tercera parte de las fuentes primarias se transforman en electricidad y una de cada cinco en tracción en los vehículos), o de unos usos ineficientes (potencias, iluminaciones, temperaturas excesivas; usos no modulados en el tiempo, acomodo al principio de usar y tirar).

Y aquí aparece otro de los grandes retos futuros: reciclar nuestros residuos, recuperar las materias. Muchos de los recursos materiales (metales, recursos mineros, suelos vegetales) son también escasos y no existe una fuente externa a la Tierra para sustituirlos, como la energía proveniente del sol. La economía circular junto con el respeto a los ciclos naturales y a la preservación de la biodiversidad se convierten en elementos clave del nuevo ciclo que debe desarrollar la humanidad.

El reto de este cambio de paradigma es enorme, pero al mismo tiempo imparable, y así lo entienden cada vez más los creadores de opinión, como es el caso del documento que recientemente acaba de publicar de Jacques Delors. Asumir esta nueva realidad también abre muchas oportunidades que, sin embargo, hay que abordar con la mente abierta y desde nuevas perspectivas: a) Recuperar la vista a largo plazo, ya que la transición al nuevo paradigma transcurrirá durante varias décadas; b) Articular soluciones multidisciplinarias y, por tanto, aprender a cooperar desde diversos ámbitos de conocimiento y de actividad; c) Desarrollar de forma combinada la teoría y la práctica, la investigación básica y el desarrollo. En este sentido, los grupos de trabajo y los centros de investigación de la UPC estamos muy bien situados.

En septiembre de 2017, la Universitat Politècnica de Catalunya hizo público el documento ‘Claves para un nuevo paradigma energético’. Este trabajo es fruto de un proceso de confluencia y debate de cuatro años donde han participado unos 60 miembros de la comunidad universitaria además de personas externas. El documento establece las líneas estratégicas de investigación y desarrollo de tecnología con las que la UPC trabajará a fin de contribuir a superar el modelo energético preponderante en los últimos 150 años, basado en una proporción creciente de recursos no renovables. El documento también analiza la situación desde la perspectiva de seis áreas temáticas: la alimentación; la habitabilidad; la accesibilidad y la movilidad; la información y la comunicación (TIC); los procesos tecnológicos, y la gobernanza.

El grupo impulsor del documento ‘Claves para un nuevo paradigma energético’ ya estamos articulando una segunda etapa con acciones concretas en los frentes estratégico, docente, de investigación, de colaboración externa, de experiencias piloto y de comunicación para afrontar el nuevo paradigma que tenemos por delante.

Carles Riba Romeva
Profesor emérito de la UPC
Julio de 2018