Jordi Berenguer, vicerrector de Transferencia de Conocimiento e Innovación

«La multidisciplinariedad es el valor diferencial de la transferencia de conocimiento UPC»

«Somos capaces de ofrecer nuevas fórmulas de relación entre la universidad y la sociedad, entre la universidad y la empresa»

«El Gobierno no puede obviar la universidad, su capacidad para transferir conocimiento y, muy especialmente, la UPC, que es un gran centro tecnológico en sí mismo»

Jordi Berenguer es vicerrector de Transferencia de Conocimiento e Innovación de la UPC, un ámbito que estos días de emergencia sanitaria debido a la COVID-19 toma una especial relevancia cuando todos los esfuerzos parecen pocos para luchar contra la enfermedad. La sociedad ha puesto sus ojos sobre la Universidad buscando tecnología, soluciones, la transferencia del conocimiento que nace en la UPC…

Jordi Berenguer

«Efectivamente … y sólo hacerse evidente la pandemia, aunque nosotros no ofrecemos estudios del ámbito de las biociencias ni de las ciencias de la salud, muchos de nuestros grupos de investigación comenzaron a estudiar cómo podían aplicar su experiencia y conocimiento tecnológico en aquellos ámbitos más relacionados con los aspectos asistenciales originados por la pandemia, como es el caso de la impresión 3D y su aplicación en el diseño de piezas para los respiradores, el propio diseño de respiradores, los criterios a aplicar en la elección de tejidos para confeccionar mascarillas y EPI, o la aplicación de modelos matemáticos para realizar el control y seguimiento de la enfermedad. En otros casos, la misma Universidad explora la posibilidad de que algunos grupos, por la investigación que desarrollan, inicien vías de colaboración relacionadas con las necesidades que plantean las autoridades sanitarias y, finalmente, hay también la presentación de propuestas concretas a convocatorias, como la que de forma urgente ha abierto el Instituto de Salud Carlos III», explica el vicerrector de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) Jordi Berenguer, en un contexto en el que es especialmente necesario articular correctamente los instrumentos para orquestar la transferencia del conocimiento.

«En esta línea, existe la plataforma virtual que acaba de crear el Centro de Innovación y Tecnología (CIT UPC) para conectar las necesidades de las empresas y de las instituciones con la Universidad, también en el marco de la acción contra la COVID-19, o la convocatoria impulsada por la propia UPC de cara a implementar proyectos de cooperación que luchen también sobre el terreno, contra la pandemia «.

Más que nunca, Jordi Berenguer se define como un convencido de la responsabilidad de la Universidad cuando de lo que se trata es de trasladar los resultados de la investigación a la sociedad. «Creo que podemos ofrecer mucho, empezando por los profesionales con conocimientos tecnológicos punteros que formamos y que se integran en el tejido social y empresarial del país… También porque somos capaces de ofrecer nuevas fórmulas de relación entre la universidad y la sociedad, entre la universidad y la empresa, en forma de un win-win que permite a las empresas, sobre todo, ganar competitividad «.

«Los hubs de innovación son instrumentos creados con este objetivo. Son una evolución de las cátedras de empresa. Se configuran como unos instrumentos ágiles y dinámicos, capaces de poder dar respuesta a las diferentes necesidades que plantean las empresas, pero que indefectiblemente pasan por la captación de talento, y muy a menudo por la aplicación de la innovación abierta, un concepto cada vez más arraigado en la cultura empresarial. Así, a partir de la propia estrategia de innovación de cada empresa, se construye una relación que suele a ser de unos tres años y que sirve para incidir en la problemática concreta de la empresa, para que la Universidad pueda aportar conocimiento, multidisciplinariedad, soluciones tecnológicas y talento. Con ello se establece una relación de confianza, no sólo con los grupos de investigación más adecuadas, sino también con todo nuestro ecosistema de innovación del que forman parte los proyectos de los estudiantes, las empresas que se incuban en nuestros espacios del Parc UPC y las spin off y start up generadas en nuestro entorno UPC». Damm o Siemens son sólo algunas de las empresas que han apostado por crear un hub de estas características con la UPC.

Transferencia y multidisciplinariedad

La proactividad en el ámbito de la transferencia de conocimiento es uno de los aspectos positivos de la UPC, explica Jordi Berenguer, pero el gran valor es la multidisciplinariedad sobre muchos ámbitos de conocimiento. «Hemos pasado de una universidad que se definía por sus verticales de conocimiento y por sus proyectos de transferencia centrados en un solo ámbito, al impulso a grandes proyectos transversales, horizontales de conocimiento, en los que intervienen muchos grupos interdisciplinarios, porque, por ejemplo, ya no se puede entender un proyecto urbanístico que no tenga en cuenta los aspectos energéticos, logísticos, de movilidad o de infraestructuras de telecomunicación».

Para el vicerrector, es clave también evidenciar a las empresas que los investigadores de la UPC trabajan en dos vías. Una tiene que ver con la investigación, «un proceso muy estructurado que requiere tiempo y maduración, que se lleva a cabo a largo plazo y que no se improvisa». La otra es la vía de la transferencia, «que responde a otras características y debe ser una herramienta ágil, que debe adaptarse forzosamente a la demanda, y que se fundamenta en la aplicación de los resultados de la investigación realizada previamente a resolver el problema planteado».

Sobre la estructura actual de la transferencia en Cataluña, el vicerrector reflexiona sobre el encaje de la Universidad: «el Gobierno del país hizo una apuesta por la integración de los centros tecnológicos en uno solo. Esto, sin embargo, no puede obviar la universidad, su capacidad para transferir conocimiento y, muy especialmente, la UPC, que es un gran centro tecnológico en sí mismo «. En este escenario, el vicerrector reivindica establecer una colaboración franca con EURECAT en términos de igualdad y cooperación. «Y en eso estamos», asegura.

«El reto interno es, sin duda, ganar en agilidad a la hora de proporcionar respuestas a las empresas», afirma. «Otra cosa son las restricciones presupuestarias, la financiación y la situación económica de incertidumbre que se vislumbra para después de la pandemia de la COVID-19», afirma, y añade que el reto complementario de la UPC es ahora alcanzar la capacidad de hacer transferencia en un gran partenariado internacional. «Un ejemplo en esta línea sería el proyecto UNITE! A través de la UPC, las empresas podrán dirigirse a una red paneuropea donde sumaremos las capacidades de las universidades socias en un único mapa, y creo que puede ser una oportunidad muy interesante para nuestra universidad «.

Para Jordi Berenguer, hay que seguir luchando contra la secular desconfianza entre la empresa y la universidad ganando más credibilidad. «La UPC ofrece conocimiento tecnológico, de acuerdo, pero también una neutralidad tecnológica que es muy valiosa en el mundo empresarial: proponemos tecnología sin apriorismos, con transparencia total», concluye.

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